Blog que trata acerca de la manera en que los cristianos deberían incursionar y abordar los Negocios

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lunes, 15 de enero de 2018


Cómo entender la palabra negocios en la Biblia
  
La humildad y el respeto hacia el señor llevan al hombre a la riqueza, a la honra y a la larga vida.
(Proverbios 22: 4. Versión NBD)
Él les dijo hagan negocios con este dinero hasta que yo vuelva.
(Lucas 19: 13. Versión NBD)
En la Biblia la palabra negocios en muchos casos se refiere a transacciones comerciales entre países y personas; en otros contextos puede referirse a asuntos de la cotidianidad que implican una toma de decisión orientada a elegir uno u otro camino, en algunos casos alude a los situaciones que precisan ser atendidos, dedicarles cuidado, tiempo y esfuerzo.
1.1. Existen negocios eternos y negocios temporales
Las sagradas escrituras abordan los negocios temporales y los negocios eternos; con los primeros se atienden los menesteres de esta vida, y con los segundos se orientan las vidas de los seres humanos hacia una herencia inmortal (Romanos 2:7). Es una unión indisoluble, no es posible lograr el éxito en los negocios eternos, si no se abordan apropiadamente los asuntos de esta vida, y la Biblia enseña que Dios provee bendiciones a quien dedican tiempo a los intereses de su reino.
1.1.1. Negocios eternos/negocios del Reino
Los negocios eternos o los negocios del Reino se refieren a los asuntos del Reino de Dios, tales como el plan de salvación y la manera como Dios trata con los seres humanos, en el marco de una estrategia universal, que busca salvar a la mayor cantidad de estos del pecado. De esa manera, la primera venida de Jesús, fue la acción estratégica más grande de ese plan; por ello Jesús les dice a María y José: “… me es necesario estar en los negocios de mi padre”.[1] La alusión es clara a los asuntos del Reino de Dios. Más adelante, Jesús, en repetidas ocasiones, menciona que “… el Reino de los cielos se ha acercado” (San Mateo 4: 17 y 23, San Lucas 4: 16-30; y San Lucas 10: 9). Cuando hablamos del Reino de Dios, nos estamos refiriendo a los negocios eternos; Jesús le dice a Pilatos: “mi Reino no es de este mundo” (San Juan 18: 36).
“Los negocios eternos” son aquellos a lo que se refería Jesús, cuando dijo: “acumulen tesoros en el cielo, donde ni la polilla, ni la herrumbre destruyen, y donde los ladrones no penetran ni roban”. (San Mateo 6: 20, La Biblia de las Américas © 1997 Lockman).
Los negocios eternos son aquellos para los cuales trabajamos los cristianos en busca de la salvación, la cual hallamos en Cristo Jesús. Cualquier actividad que hagamos, como los negocios temporales, debe estar alineada con los negocios eternos, los intereses del Reino de Dios, y pensar que en nuestros quehaceres diarios, estos deben estar incorporados, siendo la guía que conduzca nuestras vidas y el objetivo orientador; de esa manera, evidenciamos en nuestras vidas la instrucción de Jesús: “…buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia y las demás cosas serán añadidas” (San Mateo 6: 33).
Cuando los negocios eternos no son incorporados o entretejidos con los negocios temporales, entonces se crea un divorcio entre el objetivo orientador de nuestras vidas (negocios eternos), y lo que hacemos a diario (acciones y negocios temporales), por eso Jesús dice: “no podéis servir a dos señores, a Dios y a las riquezas” (San Mateo 6: 24). Para esto se requiere que el Reino de Dios esté tan incorporado en nuestros negocios temporales, que cuando actuamos en los quehaceres cotidianos servimos a un solo Señor, porque todas nuestras actividades contribuyen a sus intereses; así sí se puede tener riquezas sin reñir con los intereses del Reino eterno, y es más fácil que un rico se salve, que pasar “por el ojo de una aguja”.[2]
1.1.2. Negocios temporales
Los negocios temporales son aquellos cuyo alcance está limitado al tiempo y al espacio terrenal. Son actividades dedicadas a proveer bienes y servicios para resolver problemas, satisfacer necesidades, gustos e intereses de los seres que habitamos este planeta.
Generalmente, un negocio utiliza como vehículo una estructura organizada para producir y generar bienes y servicios que llamamos empresa. Esa es la definición vista de cara a la sociedad; pero desde el punto de vista del propietario de una empresa, los negocios se establecen para generar utilidades que acumuladas crean riqueza.
1.2. Hombres de Dios dedicados a negocios temporales

La Biblia habla de hombres de Dios que se dedicaron a negocios temporales y lo hicieron tan bien que recibieron el reconocimiento de los hombres y de Dios; esto fue lo que le pasó a Daniel en Babilonia quien estaba al frente de los negocios del rey (negocios temporales), pero al mismo tiempo estos estaban entretejidos a los principios del Reino eterno.
Daniel en babilonia después de recibir una visión celestial (Daniel 8: 27, versión Reina Valera, 1909) atiende los negocios del rey: “Y yo Daniel fui quebrantado, y estuve enfermo algunos días; y cuando convalecí, hice el negocio del rey; mas estaba espantado acerca de la visión, y no había quien la entendiese”. Atendía los negocios del rey en su condición de gobernador de toda la provincia de Babilonia (Daniel, 2: 46-49). La vida de oración de Daniel era complementada con una vida ejemplar en los negocios del rey (negocios temporales), incorporaba los principios del Reino de Dios en sus actividades diarias; el estar al frente de los negocios de la provincia de Babilonia (negocios temporales) no lo inhabilitaba para vivir en concordancia al Reino de Dios (negocios eternos). Es importante entender esto, porque en la actualidad muchos cristianos muestran rechazo cuando les hablan de negocios o de política como si estas fueran actividades prohibidas y pecaminosas, pero sí aplaudimos con fuerza que Daniel lo haya hecho.
En la actualidad, pululan los cristianos de corta visión que no ven los intereses del Reino eterno más allá de sus templos y capillas atiborradas de aleluyas y alabanzas recitadas, viviendo un romántico sueño religioso, cuando multitudes en las terminales de transportes, en las grandes industrias y centros de poder comercial y financiero yacen sin Dios, porque los cristianos han abandonado estos lugares por el rechazo que les tienen a los negocios, así que su influencia se reduce a campañas evangelistas, donde por un momento dan un mensaje efímero, que no trasciende; y en el día a día en que se mueven millones de personas que hacen negocios, es poca la incidencia de los cristianos, porque alguien nos enseñó que tener dinero era malo, que tener empresas no es compatible con el Reino de Dios y que ocuparse de los negocios es renunciar a él; parecen leer con cierta argucia selectiva la Biblia, porque si la leyeran en su conjunto encontrarían que ella tiene enormes porciones dedicada a los negocios y a los hombres que los llevan a cabo.
En Babilonia, Daniel, al frente de toda una provincia como gobernador, glorificó a Dios tanto como lo podría haber hecho el más entregado religioso enclaustrado en el servicio del templo. El testimonio que dio Daniel en los palacios de los grandes imperios de Babilonia y Medopersia (Daniel 2: 46-48), jamás hubiese sido posible si no hubiese trabajado en los negocios temporales, lo cual usó para dar a conocer y expandir los negocios del Reino de Dios. “Haz visto hombre diligente en su trabajo, delante de los reyes estará, no estará con los de baja condición” (Proverbios 22: 29, Reina Valera, 1909). Tampoco pudo apartarse ni en un ápice de la voluntad de Dios. Aun sus compañeros dedicados también a los negocios del rey en Babilonia (negocios temporales) fueron excelentes administradores (Daniel 1: 19 y 20; 2: 49; y 3: 30) y, en lo que a los intereses del Reino de Dios se refiere, estuvieron dispuestos a morir por Dios a fin de mantener sus principios (Daniel, 3), y Él los recompensó (3: 26-30), porque dijo: “…yo honraré a los que me honran…” (1 Samuel 2: 30).

El Reino de Dios no es incompatible con los negocios temporales, cuando los principios del Reino están entretejidos en lo que hace el cristiano (Daniel 6: 4). Daniel fue encontrado diez veces más inteligente que los sabios de Babilonia en asuntos de negocios y en conocimiento general (Daniel 1:20); la nueva versión internacional de la Biblia al hablar de Daniel en el capítulo 6 versículo 5 traduce de esta manera “Y tanto se distinguió Daniel por sus extraordinarias cualidades administrativas, que el rey pensó en ponerlo al frente de todo el Reino” (negrilla fuera de texto) y, en este caso, el texto ya no se refiere a Nabucodonosor, quien le nombró gobernador, ahora es un nuevo rey, el rey Darío El Medo quien le reconoce sus cualidades; pero a la par con sus excelentes capacidades en los negocios temporales Daniel mezclaba también los intereses del Reino y en lo que hacía era tan coherente como hijo de Dios, que de acuerdo con la Biblia cuando estaba necesitando asistencia para resolver inquietudes que tenía acerca de una visión, un ángel del cielo le dijo: “Al principio de tus súplicas fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres muy amado. Entiende, pues, el asunto, y considera la visión” (Daniel 22-23).En el cielo se le consideraba y apreciaba tanto que cuando él elevaba la oración inmediatamente se daba la orden para atenderlo; pues era un varón muy amado.
Otro ejemplo que destaca, es la historia de cómo José en Egipto llegó a encargarse de los negocios de la nación (negocios temporales), sin abandonar los intereses del Reino de Dios. Organizó una logística de aprovisionamiento (Génesis 41: 33-36) para los negocios del Faraón, proyectada a diez años; y pretendía atender ciclos económicos de recesión y la crisis de alimento que se presentarían a nivel nacional e internacional (Génesis 41: 57). La estructura logística consistía en descentralizar la economía egipcia construyendo centros de almacenamiento con gerentes en cada ciudad (Génesis 41: 34), de esa manera, el abastecimiento resultó mucho más ágil, y menos costosos para los egipcios que vivían en poblaciones distantes; en cada ciudad se debía dejar almacenado el 20 % (1/5) de la cosecha durante cinco años. Aunque el almacenamiento era responsabilidad de los gerentes por ciudades, José viajó por todo Egipto (Génesis 41: 46) como gerente general articulando el proceso de almacenamiento; para asegurarse que efectivamente la estrategia tuviera buena ejecución, como efectivamente pasó (Génesis 41: 49).
José fue definido por el Faraón como un funcionario competente (Génesis 41: 39), que merecía dirigir a la compleja sociedad egipcia de entonces; y sus lecciones acerca de cómo manejar los ciclos económicos de auge y escasez sirven de ruta para orientar nuestro desempeño económico en las grandes bonanzas que se surgen en el mundo contemporáneo especialmente en países que comercian con commodities. No siempre tendremos recursos naturales; por ello, las bonanzas hay que saberlas manejar para contrarrestar los tiempos de crisis. Lo que muchos economistas nos dicen en sesudos (entiéndase con alto nivel intelectual) análisis económicos por CNN y otros medios de comunicación está documentado hace ya mucho tiempo en la Biblia, pues es un libro que está saturado de referencias de negocios y da instrucciones precisas sobre el tema como lo veremos más adelante.
[1]- Parafraseando Lucas 2: 49, Versión Reina Valera de 1909. Otras versiones dicen es necesario estar en la casa de mi padre, obviamente que la referencia es la misma, puesto que en casa de Dios se hacen los negocios de Dios.

[2]- “Ojo de la aguja” es el nombre de un pase montañoso muy angosto donde apenas puede cruzar una persona y mucho menos un camello. Recordemos que las ciudades antiguas eran amuralladas, salvaguardadas por grandes puertas que se cerraban al final del día con el crepúsculo. Hoy día podemos ver esas puertas que tenían una más pequeña que se podía abrir si alguien llegaba después de cerradas las grandes puertas. A esta puerta se le llamaba “ojo de aguja”. Si un mercader quería entrar con todo y camello, ¡esto sí que era un problema! Había que quitarle su carga, arrodillarlo y hacerlo entrar por ese portón. Por eso, el Señor Jesús comparó “Que era más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los cielos”. Pongamos atención, no está diciendo que es imposible, solo más difícil porque muchos de los ricos cifran su seguridad y deseos con la riqueza que acumulan.

Extracto del libro Dios y los Negocios según el modelo bíblico. Publicado en Amazon.com


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